Diálogo, Constitución y Estado de Derecho.
- D. José Pedro Pérez-Llorca
- D. Miguel Herrero de Miñón
- D. Miquel Roca
- D. Juan José Laborda (moderador)
- Presidido por D. Julián García Valverde
De manera muy representativa y como una expresión de la facultad de diálogo que tanto marcó la agenda de la transición democrática, la referencia al consenso se hizo visible en el acto que reunió a los tres ponentes constitucionales.
Reunidos en el homenaje a Gregorio Peces-Barba que organiza la Fundación dedicada al estudio e investigación en derechos humanos que lleva su nombre, los tres ponentes constitucionales (D. José Pedro Pérez-Llorca, D. Miguel Herrero de Miñón y Miquel Roca) aparecían sentados codo con codo en la mesa presidencial. El título del acto, tan amplio como ambicioso: Diálogo, Constitución y Estado de Derecho, se prestaba a todo tipo de interpretaciones y conclusiones y hacía presagiar un posicionamiento de los ponentes ante la actualidad política y constitucional. El acto comenzó con las palabras de bienvenida de D. Julián García Valverde, vicepresidente de la Fundación y con la moderación de la mesa de D. Juan José Laborda Martín dando lugar a unos primeros comentarios y anécdotas sobre la amistad que unía a cada uno de los ponentes con Gregorio Peces-Barba. El público sonreía en estos primeros momentos, sin duda evocando la amistad con el homenajeado. Entre los asistentes figuraban políticos como José Bono, María Teresa Fernández de la Vega, Tomás Gómez, magistrados como la expresidente del Tribunal Constitucional María Emilia Casas o Pascual Sala y la siempre nutrida presencia de catedráticos y profesores de universidad en todo acto relacionado con la figura de Gregorio Peces-Barba.
Los tres ponentes, alegando razones de edad, trataron de soslayo la actualidad constitucional y política española. A pesar de que el acto estaba en cierta medida dirigido a buscar este posicionamiento, según los organizadores. En cambio, ofrecieron al público asistente un elogio al consenso con mayúscula, tanto por medio de las palabras como por medio de las actitudes. En cuanto a las primeras, el consenso se encuadró como el gran valor cívico, de la justicia y del Derecho y la vida política de G. Peces-Barba fue el ejemplo de tolerancia que puso D. Miguel Herrero. Por su parte Miquel Roca situó le situó como una de «las referencias personales con las que se construyen los países». Por su parte D. José Pedro Pérez-Llorca calificó como intelectual comprometido y universitario apasionado a Gregorio Peces-Barba. Comentarios en el fondo ya presentes en los escritos aparecidos en prensa tras su fallecimiento de estos tres padres de la constitución.
En uno de los momentos más ricos del acto, Roca comentó que «en estos momentos, el país se divierte destruyendo sus referencias», (-¡también [destruyendo] las referencias normativas!, como se apresuró a recalcar Pérez-Llorca) alertando del peligro de «tan peligrosa moda» y «del exceso de ironía en las críticas a los partidos políticos». Si no gustan, deberían reformarse pero no destruirse porque destruirlos significa destruir el pluralismo de la sociedad, base del logro de consenso y pactos.
En un segundo turno de intervenciones, iniciaba el debate Juan José Laborda comentando la fortaleza y la originalidad de las enseñanzas de Mandela, quien pronto advirtió que la democracia liberal no era una política transitoria, como en Europa, sino una ideología en sí. En este sentido, continuó hablando Miguel Herrero: «El consenso en Gregorio fue una característica fundamental de un momento en particular que ha hecho que la Constitución fuera entendida como un gran pacto de Estado […]. El consenso es un valor rector para que nuestra Constitución pueda tener larga vida. La constitución debe de modificarse cuando sea preciso hacerlo». A ello, Miquel Roca, añadió: » Sólo podemos hacer una sociedad estable con un pacto, pero el pacto es complicado porque significa renuncias. La estabilidad en el Estado de bienestar requiere de pactos. Hay que construir desde el respeto a la diferencia. El pacto no puede ser limitativo, porque el pacto es el reconocimiento del pluralismo. La verdad es poliédrica. Cuando alguien tiene miedo de pactar porque siente que podría traicionar la conciencia ideológica, es cuando hay que revisar esa conciencia. La cultura del pacto es la gran apuesta del momento». Por su parte José Pedro Pérez-Llorca matizó que no se daban las condiciones para un gran pacto, ya que el pacto logrado para la transición a la democracia estaba sustentado más en»lo que nos espantaba que en lo que nos unía» y que si se quiere respetar la libertad, se debe respetar la ley, la norma.